Traducción de cómics: ¿qué es y cómo funciona?

 

Hace tiempo que el cómic alcanzó un estatus que va más allá del mero entretenimiento. Empezaron siendo tebeos e historietas para niños, pero en la actualidad a la disciplina se la considera una forma de creación artística hecha y derecha, un tipo de literatura —«novela gráfica», se la denomina en ocasiones— donde texto e imagen están íntimamente ligados y cohesionados.

Y como el cómic posee su propio lenguaje, su propio discurso y sus propias normas (no hay más que adentrarse en el universo de Marvel), es vital que el traductor respete y posea conocimientos profundos en la materia, pues solo así podrá llevar a cabo una traducción y adaptación de calidad. 

Al igual que ocurre en todos los textos literarios, el objetivo último del traductor de cómic occidental y manga será el siguiente: traducir lo dicho al nuevo idioma sin cambiar la intención original del autor o autora, aunque al mismo tiempo tenga que ajustar el nuevo texto a la cultura de destino.

 

Dos elementos limitantes en la traducción e interpretación de cómics.

 

Antes de nada, empecemos por el principio: ¿qué es un cómic? Un cómic es una historia visual cuya cronología aparece dividida en espacios y recuadros denominados viñetas (‘panels’, en inglés). 

En los cómics, el contenido textual de los diálogos y acciones se sitúa en los bocadillos, globos y cajas. Este hecho produce que, precisamente, el espacio del que dispone un traductor esté siempre limitado de antemano.

Como consecuencia de esta limitación, el traductor deberá procurar que el texto traducido de cada bocadillo posea, más o menos, la misma longitud que el texto original. Aunque cuando esto no sea posible siempre podrán emplearse estrategias que nos ayuden a ajustar la extensión.

Por otro lado, en la traducción de cómics aparece siempre una dificultad añadida: los diálogos están estrechamente vinculados al contenido visual. Ambos, textos y dibujos, constituyen una unidad inseparable. 

 

Traducción de cómics al español: una aventura plagada de singularidades.

 

Como posiblemente ya sabes, los cómics mantienen muchas de las particularidades del lenguaje hablado y coloquial. Por ejemplo: es frecuente que en ellos se empleen oraciones exclamativas e interrogativas, interjecciones, titubeos, contracciones, modismos e, incluso, palabras malsonantes. 

Además, como en muchas ocasiones los cómics juegan con situaciones de humor, es habitual que en los textos aparezcan chistes, dobles sentidos, coloquialismos e ironías. 

Otro asunto que debe ser tenido en cuenta es que rara vez se utilizan notas a pie de página o aclaraciones. Y si se emplean, lo cual es extraño, deberán ser siempre muy breves y concisas. En otras palabras: toda la información debe quedar bien contenida en las viñetas, bocadillos y cajas.

Todos estos factores convierten a la traducción de cómics en una tarea extremadamente complicada y exigente.

 

Onomatopeyas y normas culturales

 

Si estás familiarizado con la lectura de cómics, ya sean mangas o historias de superhéroes del universo Marvel, sabrás que las onomatopeyas son un recurso bastante común. El problema, no obstante, lo encontramos en que la representación gráfica de ciertos sonidos puede variar según la lengua y la cultura.

Veamos un ejemplo de esto: en español el ladrido del perro se escribe «guau», mientras que en inglés es «woof». Y lo mismo ocurre con el gallo: en español lo habitual es representar el sonido del gallo con un «quiquiriquí», pero en inglés es «cock-a-doodle-do». Extraño a la par que divertido, ¿verdad?

Asimismo, como siempre sucede en esta disciplina, y en especial cuando hablamos de textos literarios, los aspectos culturales suelen generar incómodos quebraderos de cabeza en el traductor profesional. 

Para sortearlos con eficacia recomendamos un truco muy útil: prestar atención, antes de iniciar la labor de traducción, en cuál es el tipo de cómic con el que vamos a trabajar. ¿Estamos ante una novela gráfica que contiene crítica política y social? ¿Es una historia de amor adolescente? ¿Es un cómic divulgativo orientado a niños y jóvenes? ¿Es un tebeo o una historieta humorística?

Este paso, a priori bastante sencillo, evitará la aparición futura de muchos problemas de traducción e interpretación. Es este tipo de análisis el que va a marcar la diferencia y en donde se va a poder ver si la traducción ha sido llevada a cabo por un profesional con experiencia.

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