Lenguaje claro: una herramienta esencial para comunicar mejor

¿Te ha pasado alguna vez que, al leer un documento oficial, no entiendes lo que se te está pidiendo? ¿O que necesitas releer varias veces un correo para descifrar cuál es la acción que debes realizar? Si la respuesta es sí, no estás solo. Este tipo de barreras de comunicación afectan a miles de personas todos los días. Frente a ello, el lenguaje claro se presenta como una solución efectiva para mejorar la forma en que nos comunicamos, tanto dentro como fuera de las organizaciones.

 

¿Qué es el lenguaje claro?

 

El lenguaje claro es una forma de redactar que pone al lector en el centro. Su objetivo principal es que cualquier persona pueda encontrar lo que necesita, entender lo que encuentra y utilizar esa información de forma rápida y sencilla. No se trata de simplificar en exceso o infantilizar los textos, sino de eliminar obstáculos innecesarios, tecnicismos confusos o estructuras gramaticales enredadas que dificultan la comprensión.

En palabras sencillas, es escribir pensando en quien lo va a leer.

 

Por qué importa el lenguaje claro

 

Adoptar el lenguaje claro mejora la experiencia del lector, y también ahorra tiempo, reduce errores y fortalece la confianza en las organizaciones. Empresas, administraciones públicas y entidades privadas están incorporando esta forma de redactar como parte de su estrategia de comunicación.

Los beneficios son evidentes:

  • Eficacia: cuando un documento es fácil de leer, el lector actúa más rápido y comete menos errores.
  • Confianza: un lenguaje directo y accesible transmite cercanía, transparencia y profesionalidad.
  • Reputación: una entidad que se comunica de forma clara demuestra respeto por su público, refuerza su imagen pública y transmite transparencia.

Además, el lenguaje claro ya no es solo una recomendación: en algunos ámbitos es un derecho reconocido. La nueva Ley Orgánica del Derecho de Defensa (5/2024) establece en su artículo 9 que todas las personas tienen derecho a comprender claramente los documentos legales y administrativos. Esto convierte el lenguaje claro en un principio jurídico, especialmente relevante para el ámbito judicial, administrativo y empresarial.

 

Lenguaje claro en la comunicación interna

 

Dentro de las organizaciones, el lenguaje claro mejora de forma notable la comunicación entre equipos. Cuando los mensajes son comprensibles desde el primer momento, se evita la necesidad de aclaraciones, se reduce el tiempo de lectura y se optimiza la gestión del trabajo.

  • Los correos electrónicos son más efectivos.
  • Los manuales internos se consultan con mayor facilidad.
  • Los procedimientos son más ágiles.

El resultado es un aumento de la productividad y una reducción del esfuerzo invertido en tareas repetitivas o mal entendidas.

 

Lenguaje claro en la comunicación externa

 

De cara al público, el lenguaje claro tiene un impacto aún más profundo. Las personas tienden a desconfiar de textos confusos, llenos de tecnicismos o estructuras farragosas. Cuando no se entiende lo que se comunica, surgen dudas, errores y una percepción de falta de transparencia.

Implementar lenguaje claro en la comunicación externa:

  • Disminuye la insatisfacción del usuario.
  • Potencia la interacción con la empresa o institución.
  • Democratiza el acceso a la información, ya que no excluye a quienes no dominan un vocabulario técnico o un lenguaje administrativo.
  • Reduce la ansiedad que puede causar enfrentarse a textos complicados, especialmente en trámites legales, bancarios o médicos.

 

Un cambio cultural

 

Adoptar el lenguaje claro no es solo una cuestión de estilo: implica un cambio en la forma de pensar la comunicación. Significa dejar atrás la idea de que lo complejo es más serio o más profesional. Significa entender que comunicar bien es, sobre todo, hacer que el mensaje llegue a quien lo necesita sin barreras.

Esto requiere formación, revisión de procesos y compromiso por parte de quienes redactan, revisan o traducen documentos. Aquí es donde empresas como Nuadda, especializadas en servicios lingüísticos, juegan un papel clave. A través de la traducción, la localización o la revisión de textos, se puede garantizar que el mensaje se mantenga fiel al original, además de que sea comprensible y claro para todas las personas.

 

¿Es lo mismo lenguaje claro que lectura fácil?

 

Aunque a menudo se mencionan juntos, no son lo mismo. El lenguaje claro está orientado a facilitar la comprensión a un público general. La lectura fácil, en cambio, sigue unas pautas específicas y está pensada especialmente para personas con dificultades cognitivas o de comprensión lectora.

Ambos enfoques buscan la accesibilidad, pero lo hacen desde distintas necesidades. En cualquier caso, tanto el lenguaje claro como la lectura fácil se benefician del trabajo profesional en redacción y traducción, para asegurar que el mensaje llegue sin distorsiones.

 

Una herramienta al servicio de todos

 

El lenguaje claro no es una moda pasajera. Es una herramienta de comunicación poderosa que mejora los procesos internos, fortalece la relación con los clientes y permite que más personas accedan a la información de forma equitativa.

En un mundo donde la cantidad de información no deja de crecer, la claridad se convierte en un valor diferencial. Y como ya reconoce la legislación española, también en un derecho.

En Nuadda creemos en una comunicación responsable, ética y centrada en las personas. Por eso, acompañamos a empresas e instituciones en la implementación de estrategias lingüísticas que incluyan el lenguaje claro como parte de su identidad. Porque comunicar bien no es solo decirlo bonito. Es decirlo para que se entienda.